Se vende coche

     

Por la mañana de un día laborable, lunes más concretamente, día soleado de diciembre de 2007, por fuera del Ambulatorio de Icod uno puede llegar a plantearse si se encuentra en el exterior de un centro de salud o al contrario se encuentra en un concesionario de vehículos nuevos o de ocasión. Es sorprendente como en uno de los lugares con aceras más anchas de todo el municipio, éstas se usan para dejar el coche mientras tengo consulta, espero, repito algún medicamento o hago cualquier gestión en el centro sanitario. Entre las aceras, existen unos huecos (pocetas ) cuyo fin se supone que no será cenicero de colillas ni basurero provisional, pero allí no hay sembrado nada. Ahora no sé si exactamente esa vía pertenece a la administración municipal, a la insular o a la, desde mi punto de vista, inútil administración regional (80 sueldos de parlamentarios) pero el caso, es que alguien deberá colocar unos tubos de goma rígida como los hay por ejemplo por fuera de lo que fue la Clínica Tamaragua en Puerto de la Cruz.

 Los conductores son insolidarios con los peatones, con los padres que acuden con carritos de bebé o con los minusválidos que tienen que moverse en sillas de ruedas. Son insolidarios hasta el punto que en el mismo momento que uno de éstos conductores intentaba estacionar su vehículo sobre la acera, un peatón, para que pudiera terminar aquél la maniobra, se detuvo y cuando este insolidario la terminó, se bajó del coche y el peatón le dijo:  - “La acera son para los peatones, para que la gente camine”.A lo que el … (insolidario ya es poco) le contestó :- “¿Qué malcriado!” Sé que el solar que se encuentra justo al lado, vertiente oeste, del ambulatorio, es privado y creo que todavía, por lo poco que sé, no es publico, ni siquiera las calles; pero la primera parte, incluso con señales horizontales de aparcamiento en batería, sí podría usarse para que esta docena de insolidarios estacione su vehículo sin perjudicar a los demás. Esto lo digo, porque me he dado cuenta que parece que lo único que hago es quejarme y quejarme, sin proponer una solución; pues bien esta la propongo pero no sé si será viable. Ya a mí no me corresponde.